Antes el fotógrafo compraba la película que se acomodaba más a sus necesidades. Los más juiciosos compraban lotes de la misma emulsión, que luego calibraban para tener resultados predecibles, pero en realidad, para una buena foto, todo dependía de un proceso químico que demandaba de un control muy preciso.
Se prestaba especial atención a las características químicas de los baños, al tiempo de agitación y la temperatura de los químicos. En esa época se confiaba el revelado de las fotos a un laboratorio profesional o se tenía un laboratorista en el estudio.
En esos tiempos, los fotógrafos le daban muy poca importancia a conocer cómo funcionaban las emulsiones fotográficas (sustrato donde se forma la imagen) o cómo era el proceso químico que formaba la imagen, ellos simplemente hacían lo que debían hacer: ¡buenas fotos!
Ahora, en el laboratorio digital los fotógrafos tienen que hacer todo, ya no utilizando baños químicos, sino programas con sofisticados algoritmos matemáticos para el manejo del color y transformación de imágenes.
Se tienen ventajas técnicas inimaginables con la fotografía química (o análoga), esto implica tener mucho más conocimiento sobre la formación de las imágenes en la cámara y el proceso de los archivos raw (crudos) en el computador.
Con la fotografía digital los fotógrafos aprendieron a registrar la imagen en los sensores electrónicos y llevarla a un computador para procesarla. El argot fotográfico se llenó de nuevos términos, tales como píxeles, bits y bytes.
Se comenzó a hablar de ruido y no de grano, pero lo más difícil al principio fue lograr entender el cambio de la resolución. Los fabricantes de cámaras y sensores empezaron la lucha para producir equipos dotados con una resolución cada vez mayor, hasta llegar hoy en día a 80 megapíxeles en las cámaras comerciales de formato medio. Lo que todavía no es muy claro es el término “resolución”, especialmente con los clientes (las agencias de publicidad) en el momento de contratar los trabajos.
Al principio con la aparición de los programas de proceso de imágenes digitales como Adobe Photoshop, se vieron fotografías colmadas de efectos especiales y como todo proceso evolutivo fue decantándose hasta obtener los resultados profesionales que ahora vemos en galerías, museos y publicaciones.
Hoy con los PDA todas las personas toman fotos, copian documentos, escanean, transmiten y más. El mundo de la imagen está cambiando, las fotos ya no se imprimen, los photobooks hechos en papel de revista durarán lo mismo que una revista (pocos años).
Muchas personas no se han percatado de lo efímero que es el almacenamiento digital, aunque ya algunas comenzaron a utilizar los servicios de almacenamiento remoto (la nube) para tener memoria de sus archivos y los fotógrafos están digitalizando sus archivos fotográficos para protegerlos del deterioro.
Por lo tanto debemos entender y estar preparados para los cambios importantes que vendrán en el futuro con el uso de las imágenes, es necesario seguir aprendiendo y primordialmente hay que saber cómo guardar nuestra historia como lo hicieron nuestros antecesores con sus magníficos álbumes de fotografía.
Felicitaciones y agradezco por el articulo que me traslada a recordar mis trabajos fotográficos y es bueno que se conozca el proceso de cambios en la fotografía. Poco a poco hice un pequeño laboratorio en mi casa donde revelaba películas de blanco y negro, aprendí mucho de ello y al leer el referido texto queda esa añoranza, claro hay que adaptarse a las época, manejo también los programas pero en mi apreciación es muy diferente. En común entre las épocas la fotografía es un arte que va mas allá del tiempo la cual respeto y admiro.
Hola.. Gracias por el articulo. Soy fotografa, hago laboratorio analogico , b/n y color, es fantastico. Voy con lo digital, es fantastico, con los programas que existen , para mi lo analogico tiene mejor calidad…Siempre tengo una camara con rollo….